Capítulos 1-5
El libro de levítico es sin lugar a dudas uno de aquellos que ponen más problemas al lector moderno. Muchas personas que se propusieron leer la Biblia de tapa a tapa se perdieron en este libro completamente confusas y sin rumbo. Pero incluso para el creyente que lleva muchos años estudiando su Biblia, Levítico quizá significa el mayor desafío bíblico – aparte del libro de Apocalipsis. Y ambos libros tienen mucho que ver el uno con el otro. Por lo tanto, quiero proponer al lector unas claves para entender este libro realmente fascinante.
Levítico tiene un tema centrar: adorar a Dios y rendirle culto y además hacerlo de una forma que agrada a Dios. Porque adorar a Dios es el fin principal del hombre.
En el cielo se lleva a cabo un culto perpetuo. Una idea de lo que esto significa tenemos en el libro de Apocalipsis. Habla y menciona los mismos objetos de culto que conocemos del libro de levítico: sacerdotes, el trono (de gracia), el candelero, el altar de incienso, etc. Además, este libro nos introduce a una serie de palabras muy significantes en el resto de la Escritura, tales como: redención, sacerdote, sacrificio, santidad, etc.
Pero primero vamos a mirar este libro en su contexto. La intimidad con nuestro Dios se perdió en el paraíso cuando Adán y Eva cayeron. Desde entonces queda la pregunta: ¿cómo se puede recuperar la relación con nuestro Dios?
Éxodo nos cuenta cómo. Porque la pregunta clave de la existencia humana es: ¿cómo es posible que el hombre pecador se pueda acercar a un Dios tres veces santo, que es fuego devorador? Porque el autor de Hebreos que nos recuerda: “Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo” (Hebreos 10:31).
Los autores de la Biblia nos dejan muy claro: el hombre no puede acercarse a Dios por sí mismo. Sin embargo, Dios se le ha acercado al hombre, enseñándole como puede rendirle culto sin tener que morir en el intento. Y aprendemos una cosa realmente interesante: el culto en la tierra corresponde al culto en el cielo. No nos sorprende que muchos consideran como versículo clave el capítulo 11:44 donde dice: “Seréis santos porque yo, vuestro Dios, santo soy.” Santo” significa: apartado para el uso especial de Dios.
El santuario que Dios – el tabernáculo – refleja la realidad espiritual del cielo. La Biblia lo menciona cuatro veces en Éxodo 25:40, 26:30, Hebreos 8:5 y 9:23.24.
Al final del libro de Éxodo tenemos la siguiente situación: está ya todo preparado para que por primera vez en la historia de salvación Dios more en medio de su pueblo. La réplica del santuario celestial está hecha. Ahora solamente queda por saber cómo funciona. Es casi como si alguien acaba de comprar un nuevo ordenador y ahora tiene que leer en manual para saber cómo funciona.
Y esto nos lleva al mismo título del libro en nuestras Biblias que significa en la traducción griega del AT “perteneciente a los levitas”. Aunque es cierto que el libro es un manual para los sacerdotes de la tribu de Leví, muchas de sus leyes tienen que ver con todos los israelitas.
AUTOR
Unas 56 veces en el libro se dice que el Señor habló a Moisés. Este hecho es único en toda la Biblia. No hay ningún otro libro en la Biblia que está dictado prácticamente de forma literal por parte de Dios del inicio hasta el final.
Y Moisés, a su vez, escribió las palabras personalmente en un libro o pidió a otros hacerlo por él (4:1; 6:1; 8:1 etc.). Jesucristo mismo confirma a Moisés como auto del libro (véase por ejemplo Marcos 1:44 en comparación con Levítico 13:49).
CONTEXTO HISTÓRICO E INTENCIÓN DEL LIBRO
Tenemos que entender una serie de cosas:
1. Ningún libro del AT plantea un desafío mayor al lector moderno. Hace falta cierta imaginación para poder entender las ceremonias y los ritos descritos en el libro. Sin embargo, es muy importante entenderlos por dos razones. Primero: estos ritos nos enseñan lo que era importante en los ojos de Dios. Y, en segundo lugar, las mismas ideas forman la base del Nuevo Testamento, sobre todo los conceptos del pecado, sacrificio y la redención.
2. No hay otro libro en toda la Biblia que contiene más capítulos donde Dios habla directamente que el libro de Levítico. Éxodo termina en una nube de gloria. El Señor está en su Tabernáculo. ¿Qué es lo que Dios va a revelar ahora? Pero lo que sigue en la Biblia, en Levítico 1-9 no es una historia emocionante, sino una descripción de sacrificios que a primera vista parece muy aburrida. Todas las instrucciones de los sacrificios nos llevan a una conclusión importante: era la única manera de salvarse del pecado. Estas instrucciones tenían que ser cumplidas a rajatabla o no sirvieron para nada. Las reglas de los sacrificios nos enseñan lecciones importantes sobre el sacrificio de Jesucristo. De hecho: estas leyes tenían la tarea de preparar al pueblo de Israel para la redención de Jesucristo.
3. El libro de Levítico forma parte del pacto del Monte de Sinaí. Hay varios conceptos que tienen una gran importancia en Levítico:
Primero: Dios está presente entre su pueblo.
Segundo: Dios es santo y por lo tanto, su pueblo también tiene que ser santo (11:45).
Tercero: El hombre, sin embargo, es pecador y no puede convivir con un Dios santo. El contacto de un Dios santo y un hombre pecaminoso resulta en muerte para el hombre.
Cuarto: Por lo tanto, la redención del pecado por medio de un sacrificio tiene suma importancia.
A través de los símbolos y ritos, Levítico nos da una imagen del carácter de Dios que es profundizado en el NT. El libro nos enseña que Dios es la fuente de una vida perfecta, que Él ama a su pueblo y que Él quiere vivir entre ellos.
Pero atrapado entre el Dios santo y sus propios pecados, el hombre necesita redención. Allí tenemos una de las intenciones más básicas del libro: preparar a la humanidad para la venida y el sacrificio de Jesucristo en la cruz porque
- Su muerte significa redención para muchos (Marcos 10:45).
- Su sangre nos limpia de todo pecado (1 Juan 1:7).
- Y, sobre todo: Jesucristo es el perfecto Sumo Sacerdote, el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5).
Levítico nos demuestra la profundidad de nuestro pecado, pero también la magnitud del sacrificio de Cristo. En una docena de versículos de los primeros nueve capítulos leemos que el israelita tenía que poner su mano sobre la cabeza del animal de sacrificio (por ejemplo, en Levítico 1:4-6). Esto significa identificación. Los israelitas sabían que los animales de sacrificio murieron en su lugar. Imponer las manos en animal daba al israelita un contacto directo con su substituto. Y así aprendemos una lección importante: de la misma manera como los pecados de los israelitas significaron muerte para los corderos, así nuestros pecados llevaron a Jesucristo, el Cordero de Dios, a la Cruz del Calvario.
Pero vamos a ver ahora como el santuario debería funcionar:
LOS SACRIFICIOS
A. El holocausto
En Levítico 1 se nos presenta el primer sacrificio: el holocausto. Hay tres tipos diferentes de holocaustos: un holocausto vacuno (3-9), ovino (10-13) o avícola (14-17). El tipo de animal era cuestión del poder económico de cada persona. Los ricos escogerían un buey, la clase media una oveja y los pobres una paloma. Lo interesante es que hubo diferencia en la manera como estos sacrificios fueron presentados: El que trajo un buey tenía que matarlo, despellejarlo y cortarlo en trozos. Aquel que sacrificaba una oveja tenía que matarla y trozarla, pero no era necesario despellejarla y el pobre que trajo palomas no tenía que hacer nada más. El sacerdote se encargó de ello. ¿Por qué estas diferencias? El hombre rico tardaría medio día en preparar el animal de sacrificio. El pobre nada. La razón parece obvia: el rico estaba en mayor tentación de pecar y Dios quería que tardase algún tiempo en preparar el sacrificio para nunca olvidar el coste implicado. El que trajo un buey para sacrificarlo seguramente no planeaba irse a la playa por la tarde.
Todo el animal fue quemado, es decir, completamente aceptado y recibido por parte de Dios.
El significado del sacrificio era la completa rendición por parte del creyente y la completa aceptación por parte de Dios. Se trataba de un testimonio público del hecho de que era posible acercarse a Dios, pero solamente sobre la base del derramamiento de la sangre que es fuente de vida.
Este sacrificio se ofrecía como parte del culto normal por la mañana y por la tarde y también en los cultos del día de reposo y de las fiestas, cuando se quemaban también otros animales. También se ofrecía en cultos de dedicación, purificación o para concluir un período de votos.
El elemento característico era la aceptación total por parte de Dios del sacrifico. El sacrificio a su vez representaba al israelita que se acerca a Dios. La idea del olor agradable que sube delante Dios es una expresión antropomórfica para indicar que Dios aceptaba a la persona que traía el sacrificio.
No cabe duda que es el sacrificio que más representa la muerte de Jesucristo en la cruz.
B. Las ofrendas de cereales
El segundo tipo de ofrendas son las ofrendas de cereales del capítulo 2 que también contienen una gran enseñanza. El trigo en la Biblia es el símbolo del hombre, particularmente del pueblo de Dios. La mayoría de los sacrificios de cereales estaban destinados para los sacerdotes. Era el cereal más cotizado y en la ofrenda tenía que ser mezclada con aceite, símbolo del Espíritu de Dios. El trigo fue llevado al altar sin levadura y miel porque ambos propician el proceso de fermentación. La levadura es símbolo de corrupción y la miel es símbolo del placer mundano. En muchos sacrificios paganos fue ofrecido miel. Sin embargo, el sacrificio de los cereales tenía que contener sal.
En Marcos 9:49.50 Jesucristo se refiere a este tipo de sacrificio.La sal es símbolo de estabilidad: no cambia sus características en el fuego. Por eso, los pactos fueron a veces llamados “pactos de sal”, porque no deberían cambiar.
En el acto de la ofrenda, el israelita devolvía a Dios una parte de la mies, reconociendo así que Dios era el origen de todas sus pertenencias y el origen de su vida. Se trataba de una ofrenda de dedicación y podía llevarse a cabo en público o en privado. Normalmente iba junto con el holocausto, porque la primera ofrenda llevaba casi de forma automática a la segunda: uno no puede recibir perdón de los pecados por parte de Dios y no reconocer su total dependencia de Él.
Es interesante que La ofrenda de cereales era la ofrenda diaria del sumo sacerdote. El enfoque de esta ofrenda es la vida. Todos sus materiales tenían su origen en plantas (cereales, aceite de oliva, incienso). Se menciona explícitamente que la miel y la levadura estaban prohibidas. Cada ofrenda de este tipo iba acompañada por una libación en forma de vino. El simbolismo queda bastante claro: lo mejor, pertenece al Señor.
C. La ofrenda de paz
En Levítico 3 se habla de las ofrendas de paz Estas ofrendas enfatizaron la comunión del hombre con Dios y su gozo en la presencia de su Creador. Después de presentar una ofrenda de paz, la persona podía compartir la carne con su familia y sus amigos. Es la única ofrenda donde esto ocurre. Los holocaustos fueron quemados completamente (Levítico 1). Otras ofrendas fueron por parte quemadas y por parte estaban destinadas a los sacerdotes.
Según Levítico 9, las ofrendas de paz fueron presentadas después de los holocaustos y las ofrendas por el pecado. Esto nos enseña lo siguiente: después de remediar las consecuencias del pecado y la santificación viene la comunión con Dios. Del arrepentimiento tenemos que llegar al gozo en la presencia de Dios.
Se trataba de una ofrenda alegre. El israelita podía celebrarla juntamente con sus amigos y la congregación que estaba en paz con Dios. Se celebraban los efectos del perdón de los pecados y los beneficios de parte de Dios que implicaba esta relación. Sin lugar a dudas, se trataba de la ofrenda más alegre. Casi podríamos decir que se trataba de un tipo de barbacoa a la antigua.
En la ofrenda de paz los intestinos, la grasa y la sangre pertenecían a Dios (los intestinos simbolizaban la voluntad de la persona y la sangre simbolizaba la vida). El simbolismo es evidente: Dios quiere que le sirvamos con todo corazón, entendimiento, alma y fuerzas.
El hombro derecho y el muslo derecho pertenecían al sacerdote. El israelita, sus amigos y familiares podían comerse el resto en un banquete. También el resto de la congregación podía participar, y sobre todo los pobres. Normalmente, era la única ocasión en la vida de un israelita cuando podía comer carne.
Existían tres tipos de ofrendas de paz:
- El primero era la ofrenda de gratitud. El israelita podía traer el animal como acto de alabanza por las cosas que Dios había hecho en su vida. Mientras que el animal estaba siendo preparado encima de las brasas, el israelita declaraba públicamente su gratitud, tal vez por medio de un Salmo de acción de gracias. El hecho de que muchas personas participaran era muy significativo, porque daba testimonio de la generosidad del israelita y no quería quedarse para el solo las bendiciones que Dios le había dado, sino que quería compartirlas con los demás.
- El segundo uso de la ofrenda de paz era para compartir públicamente que Dios, de alguna manera, le había bendecido o que el israelita simplemente quería expresarle a Dios su gozo y su alegría.
- El tercer uso de la ofrenda de paz tenía que ver con los votos y promesas hechas a Dios. Cuando alguien había prometido un sacrificio para apoyar una oración o había hecho un voto ante Dios, un sacrificio de paz señalaba que la promesa se había cumplido. Un ejemplo de este uso encontramos en Hechos 21:23 que finalmente llevó al arresto de Pablo.
Los animales para esta ofrenda eran, como siempre, animales sin defecto. El sacrificio era acompañado por una ofrenda de cereales y una libación (ofrenda líquida) en forma de vino (véase arriba). La comida en compañía de los demás se llevaba a cabo el mismo día o el día después de la ofrenda.
La ofrenda de paz era la única de las ofrendas que el israelita podía comer. La cena de la fiesta de la pascua era, por lo tanto, un tipo de un sacrifico de paz. Y ambas, a su vez, eran precursoras de la Santa Cena.
D. El sacrificio por el pecado
Por medio este sacrificio mandado en Levítico 4, Dios proveyó el perdón de los pecados a la comunidad, para que se pudiera mantener intacta la comunión con Él. Existen dos aplicaciones principales para esta ofrenda:
- la primera tiene que ver con el perdón de pecados no intencionales
- la segunda con la purificación ceremonial después de una enfermedad o una contaminación que había descalificado al israelita para participar en el culto. En el primer caso, la ofrenda iba acompañada por una confesión de pecados; en el segundo caso, no. El ritual purificaba el santuario para que la persona que trajo el sacrifico pudiera acercarse.
El sacrificio por el pecado tenía distintos grados. Los que tenían un cargo importante en la comunidad tenían que darse cuenta de que sus pecados requerían un ritual mayor. Ellos tenían que pagar más dinero por la ofrenda. Es decir, su pecado les salía más caro.
Solamente los pecados no intencionados eran cubiertos por este sacrifico: pecados que en su momento no habían sido reconocidos como tales por el israelita. También las impurezas ceremoniales por contagio o por otras causas caían bajo este sacrificio.
Tres tipos de pecados no estaban cubiertos por esta ofrenda:
- Números 15:30 habla de pecados cometidos “con soberbia”, lo cual significa pecados conscientes. Este tipo de pecados no eran cubiertos por el sacrificio de pecado. Se entendía que un creyente que obedecía a las estipulaciones del Pacto jamás cometería este tipo de pecado, que implicaba un desprecio hacia el Señor.
- Otro grupo de pecados que no fueron cubiertos por este sacrificio eran las violaciones premeditadas de los diez mandamientos. Algunos ejemplos serían:
Sacrificios a Moloc (Levítico 20:3) u otros dioses (Deuteronomio 17:2-7), brujería (Éxodo 22:18) o seguir a falsos profetas (Deuteronomio 13:5, 18:20). Todos estos casos eran violaciones de los primeros dos mandamientos. Tampoco fueron cubiertos la blasfemia (Levítico 24:14.16. 23), que era una violación del tercer mandamiento; la violación del día de reposo (Éxodo 31:14), el cuarto mandamiento; violencia y burla de los padres (Éxodo 21:15, 17), el quinto mandamiento; homicidio (Levítico 24:17, 21), secuestro (Éxodo 21:16), adulterio (Deuteronomio 22:22), violación (Deuteronomio 22:25), incesto (Levítico 20:11.14), o falso testimonio en delitos. Todos estos pecados fueron penalizados con la muerte.
- Un tercer grupo de pecados que no eran cubiertos por el sacrificio de pecado era el desprecio de las reglas cultivas como por ejemplo no observar la fiesta de la pascua (Números 9:13), no observar el día de la expiación (Levítico 23:29, 30), comer sangre (Levítico 7:27; 17:14), comer las partes de las ofrendas destinadas a Dios (Levítico 7:25), o la negación de sacrificar en el santuario (Levítico 17:4, 9).
¿Qué pasaba entonces con los pecados intencionados? El AT desconoce para ellos un sacrificio específico. Si el pecador mostraba un arrepentimiento auténtico (Salmo 51:16-17), entonces el sacerdote podía interceder en su lugar (Éxodo 32:11,13,20-25), para que por intervención divina estos pecados podían ser quitados (2 Samuel 12:13; Isaías 6:5-7). El único sacrificio posible era realizado el día de la expiación para todo el pueblo.
Resumen: el sacrifico de los pecados no tenía exigencias iguales para todos. Había grados, expresados por animales diferentes para distintos grupos. Además, nos llama la atención el orden jerárquico de las ofrendas de purificación.
En el ritual, el animal era sacrificado, y la sangre esparcida sobre el velo, el altar y, a veces, también sobre el arca del pacto, dependiendo de la ocasión. El animal era quemado y una parte consumida fuera del campamento y otra comida por los sacerdotes en presencia de los israelitas.
E. La ofrenda compensatoria
Esta ofrenda cubría dos tipos de pecados que requerían reparación. Se trataba normalmente de transgresiones que tenían que ver con un fraude contra Dios o los hombres. Cuando se descubría el pecado y el autor lo confesaba como responsabilidad suya, podía presentar este tipo de ofrenda para reparar el daño que había causado a Dios y a los hombres.
En este caso, el israelita se declaraba culpable y tenía que efectuar el “pago” correspondiente. En el caso de fraude, por ejemplo, la ofrenda no era suficiente, sino también había que pagar una multa que correspondía al 20% del valor del daño causado, aparte de la restauración del daño. La restitución y la multa pagada demostraban el auténtico arrepentimiento del israelita.
Éstos eran los cinco tipos principales de sacrificios que un israelita podía traer al santuario. La frecuencia de los sacrificios y las situaciones pormenorizadas serían objeto de otro estudio que nos llevaría mucho más allá de lo que nos hemos propuesto aquí. Llegamos a la conclusión de que no se puede hablar de oración o culto sin un sacrificio correspondiente.
Todos los sacrificios posibles y estipulados en el libro de Levítico se cumplieron en el sacrificio de nuestro Señor en la cruz del calvario.
Cuando Jesucristo exclamaba: “Consumado es” esto significaba no solamente el pago completo y definitivo para nuestros pecados sino también el cumplimiento de los sacrificios exigidos a los israelitas. Y esta es la razón – como nos explica el autor de la carta a los Hebreos – porque estos capítulos fueron plenamente cumplidos y por lo tanto nos hablan de forma muy elocuente de los diversos aspectos y méritos de la muerto de nuestro Señor a favor de sus redimidos.
En el siguiente artículo vamos a examinar los capítulos que se dedican al sacerdocio aronítico y su cumplimiento en la persona de Jesucristo.
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