
El sábado 2 de marzo me desplacé a la Iglesia Bautista Fe en Sevilla para escuchar los talleres que impartía el pastor Mez McConnell, sobre cómo la iglesia local trae vida a los pobres y los necesitados. Al verle, escuchar su testimonio, y sus exposiciones, no podía alejar de mi mente la imagen estereotipada de la película “Trainspotting”.
Alguien ha dicho que la realidad suele superar a la ficción, y este creo que es el caso. Lo que más me impacto fue el compromiso radical, el amor incondicional y entregado, de este hermano para con el Señor, y su prójimo. Duro a veces, y directo siempre, “sin pelos en la lengua”, y lo más asombroso de todo, al menos para mí fue su teología de la gracia, y su confianza total en el poder transformador del evangelio.
Mez McConnel (Bachelor of Arts, Moorlands College) es el pastor principal de Niddrie Community Church en Edimburgo, Escocia.
Desde su más tierna infancia vivió en un medio marginal, violento, y en el cual la práctica de todo tipo de abusos, es común denominador. Cometió varios delitos, y entró en prisión. Fue convertido hace ahora 20 años, se formó, y trabajó primeramente en las Fabelas de Brasil, para volver de nuevo a sus orígenes: los “schemes”. Además, es el fundador de la organización “20schemes” un ministerio dedicado a plantar iglesias centradas en el evangelio en zonas de viviendas sociales de Escocia. Estas son barriadas trabajadoras y deprimidas, lo que en Brasil, se conoce por “Las Fabelas”, en Madrid, como “Pozo del Tío Raimundo,” “La Malvarrosa,” en Valencia, o “Las Tres Mil” viviendas en Sevilla, y otros muchos barrios marginales en Europa, Sudamérica, Asia, etc.
En palabras de Mez
“Creemos que la mayor necesidad, la crisis más urgente, y la pobreza más terrible en los “Schemes” es la espiritual. La inmensa mayoría de personas que habitan estos barrios están espiritualmente muertas, atrapadas, perdidas e inalcanzadas por la iglesia. La respuesta de la iglesia ante esta realidad tan cruda, es la de sostener a grupos de apoyo para familias disfuncionales, trabajadores sociales y organizaciones de caridad. Nosotros por el contrario, creemos que nuestra responsabilidad es ver a la iglesia moviéndose a estas zonas, a fin de establecer nuevas, saludables y vibrantes iglesias que prediquen el evangelio y sean un referente en los barrios y para los barrios.”
Un tema recurrente fue su crítica a la Iglesia de clase media británica. Para Mez, la iglesia en el Reino Unido perpetúa la distancia entre ricos y pobres y sigue contemplando los “schemes” no como campo misionero donde plantar nuevas iglesias, sino como un lugar para desarrollar el trabajo diaconal. Según el fundador de “20schemes”, la razón de ello, es que el 85% de evangélicos británicos son universitarios y profesionales, lo cual sin duda define en buen grado la fisonomía de la iglesia. Esto hace que la barrera socio-cultural se convierta en un serio problema para la integración de personas sin recursos y sin formación, que provienen de estos barrios marginales y visitan este tipo de iglesias.
El discipulado del cual nos habló el pastor Mez es radical e integral
No lo entenderemos sino hacemos un esfuerzo por comprender el contexto tan diferente del nuestro, en el cual él y su iglesia trabajan. Discipular en los “schemes” no es algo que pueda hacerse en un par de horas a la semana, apartadas para tal fin, requiere compartir la vida con aquellos que se entregan al Señor. Es algo diario, caminar con Jesús y sus nuevos discípulos, con todo lo que ello implica.

En lugares y con personas que han vivido toda su vida en medio de la violencia y la drogadicción, donde el desorden y la anarquía es la norma y esencia del ser, la autoridad se convierte en algo extraño y ajeno. Es por esta razón, que en la Iglesia ejercemos un liderazgo espiritual y una autoridad bíblica moderada. Las personas a las que predicamos llevan toda su vida siendo anti-todo, el solo concepto de autoridad es inexistente en su día a día, provoca inmediatamente rechazo, pero creemos que la iglesia es el mejo lugar para responsabilizarnos de nuestras decisiones y actos y “dar cuenta”, en una mutua corresponsabilidad.
En cuanto a la evangelización, la pregunta es: ¿Cómo podemos persuadir a gente en una cola esperando recibir un plato de sopa, o repartiéndoles tratados?
En nuestros barrios tenemos que vivir un evangelio contracultural. Tenemos que predicarles y enseñarles que guarden lo enseñado, involucrándonos en el caos de sus vidas. Es una evangelización integral, no tiene que ver con eventos, sino con personas, sus familias y circunstancias. Una cosa es estar en la comunidad, o hacer incursiones en la misma y otra muy distinta vivir en y con la comunidad. El evangelismo como rutina normal de la vida. Y lo que nunca hacemos es duplicar un ministerio que ya exista en la comunidad. No duplicamos, sino aunamos – comenta el pastor Mez.
La Iglesia debe ser una comunidad misional, implica conocer al otro, sus dificultades y luchas espirituales.
No un lugar frio, en el cual mantengo la distancia y mi privacidad, sino un contexto de relaciones vivas y abiertas. Los habitantes de estos barrios necesitan una nueva familia y la iglesia es la familia de Dios. No estamos llamados a redimir nuestra cultura, sino a las personas, a través de la predicación del evangelio: “a todos, todo el tiempo y todo el consejo de Dios”.
La iglesia, tiene igualmente la primera responsabilidad en formar y capacitar líderes para la misión. Debemos con la ayuda del Señor buscar líderes improbables. En el mundo de clase media, solo se contratan aquellos que parecen respetables, los seminarios y colegios bíblicos no forman líderes efectivos para estas comunidades, pues participan, en mayor o menor medida de los mismos prejuicios, pensando que nada excelente puede salir de los “schemes”, pero se equivocan, pues el que llama y capacita es Dios mismo y no hay nada imposible para Él.
Por último, me impresionó su antropología bíblica, alejada del “buenismo humanista” que también se ha permeado en mucha de la teología e iglesias evangélicas.
Para Mez, lo que necesitamos no son más, terapeutas, psicólogos, comedores y trabajadores sociales, centros de día y metadona, sino más predicación del evangelio. ¿Es la adicción, una enfermedad? – se preguntaba. Esté la adicción vinculada al consumo de ciertas sustancias, a cierta inclinación sexual, al juego, al poder, a la autopromoción, etc, es cierto que la Biblia usa el término “enfermedad” como sinónimo de pecado (Isaías 1:5-7), pues el pecado tiene mucho en común con la enfermedad, pero no nos confundamos, la adicción es idolatría y todos somos idólatras por naturaleza. El adicto ama más lo creado, fuente de satisfacción momentánea, que al creador.
Fue Juan Calvino el que dijo: “Nuestro corazón es un factoría de ídolos”. Necesitamos que en vez de eludir su responsabilidad, las personas se hagan responsables de sus actos y las consecuencias de los mismos. Lo que buscamos no son parches, reformas morales, convirtiéndonos en pecadores más educados y sutiles, sino vidas radicalmente transformadas por el poder del evangelio, de adentro hacia afuera. No por asociación o mimetización, sino por una obra genuina del Espíritu Santo.
Si deseas conocer más sobre Mez McConnell y su trabajo, puedes comprar su libro: “La iglesia en lugares difíciles” Editorial Peregrino
Muchas gracia Xose.
Hola José Antonio,
¡De nada! Es un placer poder compartir acerca de la obra que hace este hermano. Por cierto, no suelo usar el Xosé, prefiero Manuel. ¡Un fraternal saludo!